Diversos autores han estudiado el dibujo infantil pero destaca el análisis del norteamericano Viktor Lowenfeld quien presta especial atención a esta etapa considerada como un proceso fundamental en el desarrollo del niño.
Etapas del garabato:
Etapa
preesquemática (4 a 7 años) El niño empieza a sentir atracción por el dibujo. Su concentración en la tarea puede durar hasta media hora. Por primera vez comienzan a expresarse a través de sus dibujos. Representa objetos y figuras reconocibles por el adulto. Su interés centra en lo próximo a él aún es egocéntrico y no ha salido a descubrir. Generalmente la primera representación que logra es la figura humana que modela a forma de renacuajo combinando diferentes trazos. Disfruta del color de forma emocional o casual. Al comienzo la composición muestra pocos elementos, y poco a poco va incorporando otros nuevos de forma progresiva.
Etapa
esquemática (7 a 9 años) Los dibujos
representan las relaciones entre los objetos y ya no trabaja con dibujos de objetos aislados. Las figuras aparecen con contornos, tras la adopción del esquema corporal consigue diferenciar los diferentes géneros. Trata de representar la realidad del propio objeto pero aún los tamaños y las proporciones siguen siendo emocionales aunque un poco más cercanos a la realidad.
Etapa
del naturalismo (12 en adelante) El producto final
adquiere cada vez más importancia. El dibujo ya tiene una perspectiva espacial,
y el dibujo del cuerpo adquiere un mayor significado, aumentando las
características sexuales en el dibujo.
Por todo lo que hemos visto es muy importante valorar todos los modos de expresión y representaciones de nuestros alumnos para motivar sus creaciones futuras. Somos la base de la pirámide que se está construyendo debemos de forjar unos pilares firmes.
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